Sustantivos comunes y esquirlas del interés público plagan las capturas del fotógrafo Homero Pereira que hoy divide su labor entre reportajes, documentales e intervenciones en espacios públicos
La escritura fotográfica de Homero no es necesariamente explícita, ya que administra pequeñas dosis de realidad y proximidad, inyectadas a través de un lente mundano que ignora las luces del escenario contingente para voltearse hacia la audiencia y las butacas del diario vivir.
«Todo se trata de intuir y alucinar. Es necesario estar al tanto de todo, y el resultado a veces cae en la sátira o en nada. Pero eso de andar con la cámara en el rostro es una forma de enfrentar la locura diaria y en eso me llama la atención lo que la gente no advierte», comenta.
LA HORCA 